Dice Donald Keene que “Takeda escribió con facilidad y brillantez en cualquier estilo que consideró apropiado”.
Y lo que consideró apropiado fue cambiando a lo largo del tiempo. Lo que nunca abandonó fue su interés por la gente común (shomin). Describió sus vidas con afecto, pero con un realismo implacable, a menudo con tintes irónicos o incluso cómicos.
Traducción directa del japonés de Maximiliano Álvarez, Lucía Tanoni y Mariana Alonso.
Dice Donald Keene que “Takeda escribió con facilidad y brillantez en cualquier estilo que consideró apropiado”.
Y lo que consideró apropiado fue cambiando a lo largo del tiempo. Lo que nunca abandonó fue su interés por la gente común (shomin). Describió sus vidas con afecto, pero con un realismo implacable, a menudo con tintes irónicos o incluso cómicos.
Traducción directa del japonés de Maximiliano Álvarez, Lucía Tanoni y Mariana Alonso.